Construyendo una Cosmovisión Cristiana – Ayudando a los Estudiantes a Entender lo que Creen
El deseo de construir una cosmovisión cristiana en la cultura norteamericana de hoy es más débil que nunca. Christian Smith y Melinda Denton, en su libro Soul Searching: The Religious and Spiritual Lives of American Teenagers (Las Vidas Religiosas y Espirituales de los Adolescentes en Norteamérica), describen la cosmovisión actual de los adolescentes norteamericanos, la mayoría de los cuales declaran al cristianismo como su religión, como "un deísmo terapéutico moralista".
Si Smith y Denton están en lo cierto, nuestra preocupación clave con respecto a la próxima generación es que "entiendan" el cristianismo. Nuestro enfoque principal debe moverse de si a los estudiantes cristianos les gusta la iglesia, o de si piensan en Jesús como su mejor amigo, o hasta de si saben por qué creen lo que creen (aunque ese ha sido un lema útil para mi organización, Summit Ministries, durante años). Principalmente, si Smith y Denton están en lo cierto, nuestro enfoque debería ser enseñarles lo que es el cristianismo porque, dicho simplemente, ellos no lo entienden.
Mi experiencia trabajando con estudiantes, la mayoría con historias en el protestantismo conservador—y representando casi uniformemente la enseñanza escolar en el hogar, pública, y privada cristiana—sugiere que Smith y Denton tienen razón. A menudo escucho a estudiantes describir su experiencia del cristianismo en estos términos: "He sido cristiano toda mi vida, pero realmente no lo entiendo"; o, "oré la oración cuando tenía cuatro años, pero pienso que no me duró"; o, "le dediqué mi vida a Cristo cuando tenía quince años, pero no creo que me duró".
¿Cómo se explica que estudiantes que están tan profundamente involucrados en la cultura de la iglesia y que tienen más acceso a la Biblia, a literatura cristiana, a programas para la juventud, y a otros recursos que cualquier generación que haya vivido desde la fundación de la Iglesia, puedan estar tan confundidos acerca de lo que realmente es el cristianismo y por qué importa? ¿Por qué poseen una visión tan truncada y neutralizada del Reino? ¿Por qué es que estos estudiantes no "lo entienden"?
Construyendo una Cosmovisión Cristiana – El Factor de Distracción
Construir una cosmovisión cristiana en la Era de la Información presenta dos desafíos extraordinarios para esta generación de estudiantes. Primero, ellos se encuentran diariamente con una cantidad abrumadora de información. Por supuesto, la información no es neutral; contiene, discute, o personifica ideas. Los estudiantes de hoy nadan en un diluvio de información. Ya sea que haya o no una ausencia de la verdad o de lo genuino, a menudo hay una incapacidad de encontrarla entre todo el ruido y distracción.
Segundo, ellos experimentan esta información, con sus ideas inherentes, de forma distinta que las generaciones anteriores. La información hoy—especialmente a través del Internet—viene sin contexto, sin una fuente clara, y a menudo sin narrativa. Sus vidas se asemejan más a un episodio cualquiera de Seinfeld que al programa con principio y fin de El Show de Cosby. Ellos no son una generación lineal.
¿Cuál es el resultado? En su libro Amusing Ourselves to Death: Public Discourse in the Age of Show Business, Neal Postman alegó hace mucho tiempo (sin comprender todo el impacto del Internet) que el occidente se había convertido en una cultura tonta. El entretenimiento había destruido nuestra capacidad de pensar y priorizar. Carecemos de discernimiento. Nos interesan cosas irrelevantes e ignoramos lo que es realmente importante.
Desafortunadamente, la comunidad cristiana a menudo responde amontonando ruido "cristiano" sobre los demás ruidos. Tratando de ser "relevantes" para los estudiantes, hemos contribuido, en cambio, con sus apetitos para la distracción. El entretenimiento nos ha hecho tontos y el entretenimiento cristiano ha hecho a nuestros estudiantes cristianos tontos.
Construyendo una Cosmovisión Cristiana – El Agarre de la Adolescencia
Dianna West, en The Death of the Grownup: (Muerte del Adulto: Cómo el Detenido Desarrollo de América Amenaza la Civilización Occidenta), dice que "hubo un tiempo, literalmente, cuando no había adolescentes". Virtualmente, en una de cada dos culturas en la historia del mundo, anteriores a la cultura occidental de finales del siglo XX, los niños se convertían en adultos. Ahora ya no es así. Ahora se vuelven adolescentes.
A pesar de su historia bastante reciente, la adolescencia continúa en gran parte indiscutida como una etapa fija del desarrollo. Normalmente, se espera que los estudiantes pierdan el juicio entre las edades de 13 a 18 años. "Los niños son niños," decimos. Sólo que no nos estamos refiriendo a niños, estamos hablando de aquellos que compran, que votan, y conducen automóviles.
Más aún, el agarre de la adolescencia continúa expandiéndose poderosamente. Por una parte, ahora hablamos de "pre-adolescentes" (con compañías de mercadeo que reconocen rápidamente el potencial financiero). Por otra parte, aunque en un tiempo los dieciocho años eran considerados el final de la adolescencia, ahora se les considera la mitad. La adolescencia ahora se refiere a las edades entre 11 y 30 años.
Pero eso no es todo. La adolescencia se ha convertido, y esto debe tomarse en cuenta, en la meta de nuestra cultura. En algún momento dejamos de ser una cultura donde los niños aspiraban a ser adultos y nos convertimos en una cultura donde los adultos aspiran a ser niños.
A menudo, nuestros enfoques del ministerio de la juventud santifican la adolescencia. Aunque los adolescentes tienen la capacidad—y por esto, yo alegaría, el llamado—a pensar profundamente y ampliamente acerca de su cultura, a confrontar el mal y la injusticia, y a defender la verdad, en lugar de esto se les exhorta en su narcisismo adolescente. Presentamos un evangelio neutro, sólo acerca de ellos y acerca de sus necesidades, carente de visión (Proverbios 29:18).
Construyendo una Cosmovisión Cristiana – La Crisis de Identidad Cultural
El campo de batalla central de las cosmovisiones a finales de los años ochenta fue darwinismo, a principios y mediados del siglo XX, la confiabilidad de las Escrituras, y para la Generación "X", la verdad. Aunque estos asuntos son todavía muy importantes, la mayoría de las batallas contemporáneas de cosmovisiones están arraigadas en un desacuerdo básico de lo que significa ser y vivir como humano.
Los estudiantes de hoy entran a un mundo de desbocada biotecnología, post-modernistas construcciones sociales de sexos, identidades virtuales en línea, re-definición de la familia, comprensión distorsionada de la belleza, y múltiples orientaciones sexuales, cada una de las cuales desafía fundamentalmente nuestro concepto de humanidad. Más aún, nuestra cultura ha abrazado en su mayoría a Darwin, trivializado las Escrituras, y relativizado la verdad, y por lo tanto, ha dejado pocos recursos estables para negociar esta crisis de identidad corporativa.
Al mismo tiempo, claras enseñanzas sobre lo que significa ser imago Dei son en gran parte descuidadas en la iglesia. Los conservadores, como Nancy Pearcey nota en Total Truth: Liberating Christianity from Its Cultural Captivity,a menudo comienzan la historia de la redención en Génesis 3, en lugar de hacerlo en Génesis 1. La caída del hombre, aunque es enseñada, carece de contexto. (¿De qué nos hemos caído? ¿Para qué seremos redimidos?) Por otro lado, el liberalismo reemplaza la regla y la responsabilidad otorgada a la humanidad por Dios con conceptos enturbiados de "libertad" e "imagen propia." La profundidad y extensión de la caída son trivializadas o ignoradas.
Lo que significa ser humano es un punto crítico en común para los estudiantes en relación con la cosmovisión cristiana.
Construyendo una Cosmovisión Cristiana – El Problema de las Definiciones
Al construir una cosmovisión cristiana, la batalla de ideas es a menudo la batalla sobre las definiciones. Nunca ha sido más crucial preguntarle a los estudiantes, "¿Qué quieres decir con eso?" Suponer que compartimos las definiciones, o que las definiciones tradicionales siguen siendo indiscutibles en la generación emergente, es un error con consecuencias significativas. Entre las palabras más cruciales que necesitan una cuidadosa definición se encuentran, Dios, humano, verdad, fe, Evangelio, Reino, el mal, tolerancia, masculino, femenino, pro-vida, justicia, matrimonio, familia, libertad, derechos, responsabilidad, y la vida buena.
Aún más, el concepto de cosmovisión necesita una clara definición si va a ser preservado. Habiendo sido utilizado y mal utilizado de variadas maneras, es desestimado como un concepto moderno de un bando y corre el riesgo de morir la muerte del "ya probamos ese programa" del otro bando. Abandonar el concepto sería equivocado, dada su rica historia y sus fundamentos bíblicos.
Se ha notado ciertamente que artículos que enumeran tendencias, a menudo parecen desesperanzadoramente pesimistas. Sin embargo, a mí me anima el compromiso y el valor que he visto en esta generación de estudiantes una vez que "lo entienden." Si estudiantes aceptan o rechazan el cristianismo, eso es una cosa. Si no "lo entienden," eso es otra cosa.
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