El Problema del Mal
Usted afirma que "un ateo es una persona que cree que el asesinato de una sola niñita -- siquiera una vez en un millón de años -- pone en duda la idea de un Dios benevolente." Esto suena razonable. Muchos cristianos tienen dudas similares cuando enfrentan eventos trágicos en el mundo o en sus propias vidas. Usted comenta: "Es seguro decir que casi todas las personas que vivían en Nueva Orleans en el momento que el huracán Katrina la azotó, compartían su creencia en un Dios omnipotente, omnisciente, y compasivo." Aunque obviamente una exageración, la maldad aparentemente injustificada se observa durante catástrofes naturales y reclama una explicación. Desafortunadamente, usted no acepta la explicación que los cristianos usualmente profieren, ya que asume la existencia de Dios. No obstante, me referiré a este tema para el beneficio del lector.
Nosotros no refutamos la existencia del mal en el mundo. Aún así, ¿qué es el mal? En los términos más simples, el mal es al bien lo que el frío es al calor. El calor es una forma de energía. La falta de energía de calor la experimentamos como frío. Similarmente, el mal es la privación del bien. Para crear un mundo que permitiría a la humanidad la libertad de elegir entre el bien y el mal, Dios tuvo que permitir las consecuencias de esas malas acciones. Un ejemplo de esto sería la sequía del 2001 en el Sudán. El gobierno de Jartum interfirió con los esfuerzos de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas, de una manera que produjo un índice más alto de muerte entre su propia gente. Aunque un desastre natural inició el problema en Sudán, las decisiones humanas llevaron a consecuencias desmesuradas. Cuando el huracán Katrina devastó Nueva Orleans usted escribió: "Dios no le dijo a nadie sus planes." Pero usted no tiene manera de saber la verdad de su afirmación. Dios pudo muy bien haber trabajado instrumentalmente en la vida de muchos de su pueblo para evitarles esta tragedia. Lo que Dios no hizo fue interponer un espacio en las noticias de las cinco, advirtiéndole al mundo acerca de Sus planes.
Aunque algunos eventos cataclismos en la naturaleza pueden ser "actos" directos, causales de Dios, otros muy bien pueden ser sub-productos de la creación de un mundo adecuado para la vida. Las placas teutónicas, aunque ocasionan terremotos y volcanes, también juegan un papel en el desarrollo de los depósitos del petróleo. El ciclo del agua nos trae inundaciones y tormentas, pero también distribuye el agua para las cosechas y ganados. El supuesto de que Dios pudo haber creado un mundo libre de catástrofes naturales, si fuera verdaderamente benevolente, requiere un nivel de omnisciencia sólo propio de Él.
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