Ética de la Nueva Era

Ética de la Nueva Era – Introducción
Un vistazo a Hollywood, y pienso que todos podemos entender la ética de la Nueva Era. Brad Pitt declara: "Es tomar todo lo que usted ha aprendido de sus padres y de su educación, y encontrar lo que funciona para usted y lo que usted tiene para ofrecer. La pregunta importante es: '¿Qué le acomoda a usted'"?¹ Shirley MacLaine nos recuerda: "No es posible juzgar la verdad de otro."²

La ética de la Nueva Era está basada en su panteísmo teológico y monismo filosófico. Si cada uno de nosotros es Dios, entonces la autoridad suprema reside en nosotros, y nosotros debemos buscar la libertad de actuar en armonía con nuestra verdad interior. "Libre albedrío," dice Shirley MacLaine, "es simplemente la práctica de reconocer que usted es Dios, el reconocimiento que usted es divino: el libre albedrío es hacer todo accesible para usted."³

La autonomía individual es el único absoluto moral promovido por el movimiento de la Nueva Era. Esta autonomía coloca la autoridad para juzgar valores, directamente en el alma de cada ser humano. Marilyn Ferguson escribe: "Más importante aún, cuando las personas se vuelven autónomas, sus valores se vuelven internos."⁴ Los valores interiorizados nos permiten buscar una conciencia más elevada, mientras que cualquier límite o autoridad externa bloquea nuestra habilidad de ponernos en contacto con nuestra verdad interior. Por esto, Vera Alder nos dice: "Debemos examinarnos cuidadosamente para ver si tenemos algunas ideas fijas, alguna gran timidez o inhibición. Si las tenemos, debemos buscar la libertad."⁵

Shakti Gawain nos proporciona una aplicación práctica de la libertad total en relación a nuestra sexualidad: "Si usted pone límites a su energía sexual, se vuelve distorsionada. Si usted cree que es algo que debe ser ocultado, ignorado, y controlado, entonces aprende a reprimirse completamente, o a comportarse sexualmente sólo en ciertos momentos seguros."⁶ Según la cosmovisión humanista cósmica, tales limitaciones agotan nuestro poder personal y niegan nuestra divinidad. No debemos reconocer límites externos––especialmente los límites de los Diez Mandamientos, los cuales son una autoridad externa y, como tales, dificultan nuestro crecimiento evolutivo.

Ética de la Nueva Era – Relativismo Moral
Cuando escogemos la ética de la Nueva Era e ignoramos toda autoridad exterior y todas las restricciones racionales, esto ocasiona un relativismo moral ilimitado. Ferguson así lo admite: "Los seres humanos autónomos pueden crear e inventar. Y pueden cambiar de opinión, repudiando valores que tuvieron alguna vez."⁷

Esta clase de relativismo significa que nadie puede decidir si las acciones de otro son correctas o incorrectas. Ferguson cree que una vez que alcanzamos la conciencia más elevada de la Nueva Era: "Existe menos certeza acerca de lo que es correcto para otros. Con una conciencia de múltiples realidades, perdemos nuestro apego dogmático a un punto de vista único."⁸

En otras palabras, no debemos juzgar las creencias ni las acciones de otras personas. La tolerancia es la clave: Los humanistas cósmicos deben tolerar todas las otras visiones con respecto a la moral, porque la moralidad está relacionada con la verdad dentro de cada uno de nosotros. "Adán y Eva," dice Marianne Williamson, "fueron felices hasta que ella 'comió del conocimiento del bien y del mal.' Lo que eso significa es que todo era perfecto hasta que comenzaron a juzgar––a mantener sus corazones abiertos a veces, pero cerrados hacia otros. . . . Cerrar nuestros corazones destruye nuestra paz. Es ajeno a nuestra naturaleza verdadera."⁹

Randall Baer, un ex humanista cósmico que se convirtió al cristianismo, declara el credo básico de la Nueva Era: "Cree su propia realidad según lo que le acomode a usted." Ya sea que escoja ser homosexual, bisexual, monógamo, polígamo, etc.––cualquier decisión que tome es aceptable, siempre que "sea bueno para mi" o "está hecho con amor, y no hiere a nadie." Esta es una clase de moralidad relativista basada en los humanos (o moralidad 'a la medida'). En efecto, los seguidores de la Nueva Era seleccionan de las multitudes de opciones en cada área de la vida, de acuerdo a los gustos personales.¹⁰

Ética de la Nueva Era – el Karma y la Unidad del Bien y del Mal
Según la ética de la Nueva Era, debemos simplemente asumir que todos actúan moralmente al seguir la verdad interior. Gawain, de hecho, absuelve de responsabilidad moral a Adolf Hitler y a cualquier otro ser humano, alegando que todos siguen el sendero más corto hacia una conciencia más elevada, y por lo tanto, están actuando moralmente: "Creo que todo ser escoge el sendero de la vida y las relaciones que lo ayudarán a crecer más rápido."¹¹

El relativismo moral conduce a los humanistas cósmicos a un punto donde la distinción entre lo bueno y lo malo se vuelve irremediablemente turbia. No existe ningún bien o mal absoluto, sólo lo que es bueno o malo, de acuerdo con la verdad de cada individuo. Si todo es una unidad, es difícil distinguir entre el bien y el mal. Lo que puede parecer malo en esta vida podría ser lo opuesto en una existencia reencarnada.

Este concepto involucra lo que los devotos de la Nueva Era se refieren como el karma, el cual Shirley MacLaine define de esta manera: "Cualquier acción que alguien tome regresará eventualmente a esa persona––buena y mala––quizás no en la encarnación de ésta vida, pero en algún punto en el futuro. Y nadie está exento. . . . Por cada acto, por cada indiferencia, por cada mala utilización de la vida, en última instancia, seremos responsabilizados. Y depende de nosotros el entender cuáles podrían ser esos casos.¹²

Desafortunadamente, debido a que no existe ningún estándar por el cual juzgar lo que sería "un acto de indiferencia," o "una mala utilización de la vida," no podemos saber si existe alguna diferencia entre ellos o, en todo caso, si existe alguna diferencia entre la crueldad y la ausencia de crueldad. Esta es una conclusión alarmante, pero aceptada por los humanistas cósmicos. Esta aceptación resulta del concepto de unidad de la Nueva Era––si todo es una unidad, entonces el bien y el mal son uno, y también lo son lo correcto y lo incorrecto.

Ferguson explica la unidad de esta manera: "Esta unidad une a los opuestos. . . . En estas tradiciones espirituales [que forman la base del pensamiento de la Nueva Era] no existe ni el bien ni el mal. Sólo existe la luz y la ausencia de la luz. . . integridad y ruptura. . . flujo y lucha."¹³ David Spangler se hace eco de esta visión, pero en un lenguaje más sorprendente: "Cristo es la misma fuerza que Lucifer. . . . Lucifer prepara al hombre para la experiencia de Cristo. . . . Lucifer trabaja dentro de cada uno de nosotros para traernos a la integridad, a medida que nos adentramos a la Nueva Era."¹⁴ Lo que el mundo considera malo––guerras, asesinatos, etc. ––se vuelve parte del flujo y de la lucha evolutiva de la realidad a medida que la supra-conciencia se esfuerza para nacer a un nivel más elevado.

Ética de la Nueva Era– Conclusión
En la ética de la Nueva Era, la moral es una cosa nebulosa. Cada uno de nosotros debe escuchar al "Dios interior" para determinar su propio sistema ético, pero nunca debemos responsabilizar a otros a que se rijan por nuestro sistema. Irónicamente, nada es realmente malo, excepto el juzgar las creencias morales y acciones de otros.

Pero el juzgar tampoco puede ser completamente malo, porque es parte de la unidad de la realidad. Si "todo es una unidad," entonces hasta errores terribles, como el juzgar, son manifestaciones de Dios. Por esto, al individualizar tanto el bien como el mal, las dificultades se multiplican como la mala hierba en la ética humanista cósmica. Tan torcida cosmovisión conduce a pensar drásticamente torcido.

Los pensamientos de Kevin Ryerson sobre el karma nos dan un ejemplo revelador de esta verdad: "Los criminales y asesinos terminan siendo asesinados ellos mismos, o tal vez se convierten en santos. Por ejemplo, Moisés fue un asesino. . . . Lleno de ira, golpeó a un hombre hasta matarlo, lo cual no fue exactamente la decisión más ética. Pero llegó a ser un gran intelecto, un gran legislador, y es considerado un santo por muchas personas. Entonces, básicamente, usted tiene muchas oportunidades. Su karma es su sistema de juicio. Hay justicia.”¹⁵