Ley de la Nueva Era

Ley de la Nueva Era – Introducción
La Nueva Era no malgasta mucho tiempo discutiendo la ley. Los miembros de la Nueva Era prefieren concentrarse en el desarrollo interior personal, poniéndose en contacto con el Dios interior. Pero, este objetivo primario de los humanistas cósmicos tiene implicaciones en el campo de la ley. Marianne Williamson dice: "Como extensiones de Dios, nosotros mismos somos el espíritu de la compasión, y en nuestro pleno juicio, no procuramos juzgar, sino curar."¹

Ley de la Nueva Era – Verdad Interior
En la ley de la Nueva Era, toda autoridad reside dentro del individuo. Si cada uno de nosotros es Dios, y Dios es cada uno de nosotros, podemos decidir la legalidad de una acción sólo con ponernos en contacto con nuestro Dios interior. Por esto, cada uno de nosotros actúa como su propia autoridad legal, y cualquier manifestación de autoridad exterior dificulta nuestra comunicación con nuestra divinidad.

Shakti Gawain explica el problema de la imposición de autoridad exterior cuando dice: "El verdadero problema del compromiso con una forma externa es que no permite un margen para los inevitables cambios y crecimiento de las personas y relaciones. Si usted promete guiarse o comportarse de acuerdo a un cierto conjunto de reglas, eventualmente tendrá que escoger entre el ser fiel a sí mismo y el ser fiel a esas reglas."²

Si escogemos honrar un conjunto de reglas distinto a la verdad interior, sacrificamos nuestra divinidad. Gawain reitera lo que sucede cuando miramos a la autoridad fuera de nosotros mismos: "Cuando suprimimos repetidamente y desconfiamos de nuestro conocimiento intuitivo," escribe Gawain, "buscando, en cambio, autoridad [externa], validación, y la aprobación de otros, renunciamos a nuestro poder personal."³ Existe, por lo tanto, un deseo en el pensamiento cósmico humanista de abandonar las leyes impuestas externamente para gobernar la sociedad.

Sólo después de alcanzar la conciencia más elevada, al conectarse con el Dios interior, los humanistas cósmicos pueden actuar bajo la autoridad apropiada. Sus acciones son lícitas cuando se ajustan a la realidad que ellos están creando. Gawain explica: "A medida que cada uno de nosotros se conecta con nuestra conciencia espiritual interior, aprendemos que el poder creador del universo está dentro de nosotros. También aprendemos que podemos crear nuestra propia realidad, y responsabilizarnos por ella."⁴

Ley de la Nueva Era – Ley Propia
El concepto de ley propia de la Nueva Era establece que cualquier acción que escogemos es lícita siempre que sea fiel a nuestra realidad interior, y a manera de contraste, las acciones son ilegales si son impuestas por una autoridad exterior. Adicionalmente, una vez que alcanzamos la conciencia colectiva, actuaremos como co-creadores de la realidad, en donde todos funcionan por su propia autoridad.

La dependencia humanista cósmica en el Dios interior contrasta drásticamente con la creencia cristiana en la autoridad de la Biblia. David Spangler, a través de la voz de un espíritu canalizado, desdeña la cosmovisión cristiana, así como otras contrarias al humanismo cósmico. Dice: "Su mundo (de oscuridad) está bajo la ley y desaparecerá."⁵ Los humanistas cósmicos no necesitan tal autoridad exterior, porque "la humanidad, y toda la vida, es básicamente buena," según Kevin Ryerson.⁶ Si la humanidad es básicamente buena, entonces la ley sólo nos impedirá ser totalmente libres para alcanzar la divinidad.

Los humanistas cósmicos creen (incorrectamente) que la Biblia enseña autonomía individual y libertad personal que permite a los individuos comunicarse con su divinidad. Ryerson cree que a través de los siglos, la Iglesia ha torcido la verdad bíblica, la cual en realidad enseña que cada alma es "responsable por su propia conducta en la realización de su propia divinidad".⁷ Los cristianos, por lo tanto, deben abandonar la ley y enfocarse en alcanzar una conciencia más elevada.

Ley de la Nueva Era – Conclusión. En la cosmovisión de la Nueva Era, la ley y la autoridad son contra-evolutivas, impidiéndonos alcanzar la divinidad. Mark Satin dice: "El ponernos en contacto con nosotros mismos parecería ser, no solamente divertido (aunque puede serlo), y para nada auto-indulgente, sino un imperativo para la supervivencia que está integrado en la estructura misma del universo. (Quizás hasta un imperativo evolutivo) ".⁸ Joseph Campbell concuerda, diciendo: "Yo siempre le digo a mis estudiantes que vayan donde su cuerpo y alma quieran ir. Cuando usted lo sienta, hágalo, y no permita que nadie lo disuada."⁹