Política de la Nueva Era

Política de la Nueva Era – Introducción
Según la política de la Nueva Era, la humanidad está evolucionando hacia una conciencia colectiva que trascenderá todos los límites materiales e individuales, incluyendo los límites nacionales y políticos. El gobierno mundial es un paso evolutivo natural en esta disolución de límites. Según Mark Satin, “La solución de la Nueva Era no requiere de un gobierno burocrático de jerarquías, sino de una autonomía mucho más local que la que tenemos en el presente, y mucha más cooperación planetaria."¹ Donald Keys agrega: la humanidad está "al borde de algo completamente nuevo, un paso evolutivo adicional como ningún otro: el surgimiento de la primera civilización mundial."²

El deseo de la Nueva Era de un gobierno mundial está basado menos en la teoría política, que en el concepto de que "todo es una unidad," y que la evolución y otros principios científicos están conduciendo a la humanidad a la unidad mundial. El gobierno mundial tiene el potencial de eliminar barreras y límites, y es por esto importante para los humanistas cósmicos. David Spangler explica: "A diferencia de muchas expresiones históricas de la idea de un mundo único, la cual se enfoca en particular en el establecimiento de un gobierno mundial, la visión de la civilización planetaria de la Nueva Era surge menos de la política, que de lo que se denomina la visión holística. Esta es la conciencia de que toda vida está relacionada entre sí y es interdependiente, que los elementos formativos de la creación no son pedacitos de materia, sino relaciones, y que la evolución es el surgimiento de patrones siempre más complejos y la síntesis de relaciones."³

Ya que los humanistas cósmicos piensan en términos de entender al mundo como un todo, en lugar de partes, el próximo patrón a surgir es una civilización mundial, una unidad que demandará un gobierno mundial.

Política de la Nueva Era – Garantía de la Evolución
La visión de política de la Nueva Era mantiene que la evolución garantiza la desintegración de límites políticos y el advenimiento de una civilización mundial (así como garantiza la unión de la humanidad con la mente de Dios). La evolución es vista como un proceso, no solamente de desarrollo físico, sino también de total desarrollo espiritual. A medida que evolucionamos a especies más elevadas, también evolucionamos a una conciencia más elevada. Integrada en este movimiento hacia una conciencia más elevada está la disolución de límites políticos y nacionales.

Randall Baer describe cómo la evolución científica apoya la creencia humanista cósmica de que la civilización mundial es inevitable: "Leí que avances extraordinarios en campos científicos tan diversos como ingeniería genética, telecomunicaciones, super-computadoras, tecnología de fusión nuclear, inteligencia artificial, física del estado sólido, física cuántica, holografía avanzada, óptica láser, astrofísica, y otros, iban a ser combinados con la filosofía de la Nueva Era en la creación de un Nuevo Orden Mundial utópico.⁴

Mark Satin dice: "La política de la Nueva Era es intransigentemente evolutiva . . . aunque sí cree que la evolución puede ser acelerada . . ."⁵ El humanista cósmico, al alcanzar una conciencia más elevada, puede acelerar el ascenso evolutivo de la humanidad hacia el Nuevo Orden Mundial.

Política de la Nueva Era – Nuevo Orden Mundial
La política de la Nueva Era raramente especifica la naturaleza política de la venidera civilización mundial, pero los miembros de la Nueva Era creen que cada individuo está evolucionando la capacidad para el auto-gobierno. Marilyn Ferguson explica: "La nueva conciencia política tiene poco que ver con partidos o ideologías. Sus electores no vienen en bloques. El poder que nunca es entregado por el individuo no puede ser negociado. No por revolución ni protesta, sino por autonomía, el viejo lema se convierte en un hecho sorprendente: Poder para la gente. De uno en uno."⁶ Por esto en términos humanistas cósmicos, el gobierno mundial es un auto-gobierno. Los gobiernos nacionales centralizados no serán necesarios. Cada individuo será autónomo, decidiendo lo que sea correcto para él o ella, sin ninguna relación con límites institucionales.

El peligroso potencial de tal sistema de autonomía individual es, sin embargo, que se desintegrará en anarquía. Los humanistas cósmicos enfatizan, sin embargo, el concepto de comunidad como uno que tiene la capacidad de vencer los peligros de la anarquía. Satin dice: "En la sociedad de la Nueva Era aprenderíamos a tomar nuestras propias decisiones, y no a depender de otros. Pero eso no nos aislaría de otros . . . nos haría más atractivos a otros, y más seguros con el vivir en comunidad con ellos."⁷ Los humanistas cósmicos proponen comunidades mayormente carentes de alguna forma política o legal.

Nueva Política de la Edad – Conclusión
La política de la Nueva Era ve al mundo evolucionando hacia un Nuevo Orden Mundial en el cual los individuos son libres de seguir sus caprichos, sin inhibiciones de la ley ni del gobierno. El Nuevo orden Mundial se alcanzará cuando todos (o una mayoría) alcance un estado de conciencia más elevado. La autonomía individual hará más fácil para todos el alcanzar la conciencia más elevada.

Un aspecto de la libertad personal que la cosmovisión humanista cósmica desalienta está en el área de la fe y la religión tradicional. El ex Secretario General de las Naciones Unidas, Robert Miller dice: "Las religiones deben cooperar activamente para llevar a alturas sin precedencia una mejor comprensión de los misterios de la vida y de nuestro lugar en el universo. 'Mi religión, correcta o incorrecta' . . . debe ser abandonada para siempre en la Era Planetaria.”⁸

Esta actitud hacia la religión procede de la comprensión de que algunas religiones, tales como el cristianismo y el islam, son incompatibles con la creencia humanista de que estamos evolucionando hacia nuestra propia divinidad. El cristianismo amenazará siempre el énfasis de la Nueva Era en la conciencia más elevada y por ello debe ser suprimido. En el Nuevo Orden Mundial usted puede seguir sus inclinaciones siempre que no sean halladas en obediencia a Jesucristo.