Teología Cristiana -- Teísmo
La teología cristiana afirma el teísmo, la creencia en la existencia de un Dios sobrenatural. El teísmo cristiano descansa principalmente sobre dos bases sólidas: revelación especial (la Biblia) y revelación general (el orden creado). Aunque la Biblia revela el carácter y la personalidad de Dios página tras página, la "obra entera del universo," según Juan Calvino, revela y descubre a Dios día tras día. El salmista dice: "Los cielos declaran la gloria de Dios" (Salmo 19).
James Orr explica que la posición teísta no está establecida por un solo indicio o evidencia, sino por "las fuerzas simultáneas de muchos, originándose desde puntos de vista diferentes e independientes".1 Los cristianos ven evidencias de Dios en todas partes. La posición cristiana es que la historia, la teología, la filosofía, la ciencia, las matemáticas, la lógica, y la experiencia personal, todas apuntan a la existencia de un Creador y Redentor.
Teología Cristiana – Revelación Especial
La teología cristiana afirma que Dios se ha revelado a las personas de una manera general a través de la creación, y de una manera especial (personal) evidenciada por Sus palabras y actos divinos contenidos en la Biblia y especialmente en la persona de Jesucristo. Millard Erickson define las dos formas de revelación de esta manera: "Por una parte, la revelación general es la comunicación de Dios con todas las personas, en todo tiempo, y en todos los lugares. La revelación especial, por otro lado, involucra comunicaciones y manifestaciones particulares de Dios que están disponibles ahora sólo en la consulta de ciertas escrituras sagradas".2
La revelación general ha sido vista consistentemente a través de la historia de la iglesia, por una variedad de teístas cristianos, como un medio necesario pero insuficiente para proporcionar el conocimiento acerca del Creador y Su carácter. Es una mejor teología y una mejor filosofía comenzar con el Dios de la Biblia para explicar el universo, que comenzar con el universo para explicar a Dios.
De acuerdo con la teología cristiana, el destino de la humanidad creada involucra tanto salvación como juicio. No es la revelación general sino la revelación especial (la Biblia) lo que contesta tales preguntas como ¿Cómo puedo ser salvo? ¿De qué debo ser salvado? ¿Por qué ocurrirá juicio? La revelación especial, entonces, es "especial" porque es la llave que abre la puerta tanto del cielo como de la tierra.
Al estudiar la Biblia, el lector encuentra la forma más directa de revelación especial de Dios: la persona de Jesucristo. "En Jesús de Nazaret," escribe Carl F.H. Henry, "la fuente divina de revelación y el contenido divino de esa revelación convergen y coinciden."3 Las enseñanzas de Cristo, sus acciones, y más significativamente, Su resurrección, como se revelan en la Biblia, proporcionan la piedra angular para la revelación especial y una base sólida para el teísmo cristiano.
El propósito de la revelación divina yace en su comunicación al cristiano de la importancia de las enseñanzas y acciones de Cristo. El tercer miembro de la Trinidad, el Espíritu Santo, juega un papel importante en este diálogo. Henry explica: "Las Escrituras mismas son dadas para que el Espíritu Santo pueda grabar la Palabra de Dios en los corazones de sus seguidores, en una continua santificación que anticipa la conformidad final e infalible del creyente a la imagen de Jesucristo, la Palabra encarnada de Dios."4 Esta es la razón suprema que Dios escogió para revelarse a Sí mismo y a Su plan para nosotros en la Biblia.
Por esta razón, la dependencia del cristiano en la Biblia debería ser profunda y constantemente renovada—el cristiano no lee la Biblia una vez y la pone a un lado; más bien, la estudiamos como la Palabra viva de Dios y tratamos constantemente de ajustarnos a sus enseñanzas. Pasamos nuestras vidas estudiando para comprender el mensaje poderoso de la Biblia.
Teología Cristiana -- Diseño y Revelación General
Cuando se trata de teología cristiana, entonces la revelación especial es el eje, mientras que la revelación general sirve como el aguijón que nos exhorta a reconocer las verdades supremas depositadas en las Escrituras y personificadas en Jesucristo. Aunque la revelación de Dios a través de la naturaleza, por sí sola, no nos lleva a un conocimiento de la salvación de Dios, es capaz de llevarnos a un conocimiento general de Dios. Una gran mayoría de intelectuales concuerda que los conceptos de propósito y diseño, por ejemplo, tienen validez con respecto a la pregunta de la existencia de Dios.
El clérigo anglicano, William Paley, alegó en Teología Natural(un libro acerca del que Charles Darwin admitió: "No creo que haya admirado más a otro libro . . ."5) que una persona que casualmente se encuentra un reloj en el desierto no podría simplemente concluir que el reloj siempre existió; sino que el diseño obvio del reloj—no sólo su constitución interna, sino también el hecho de que claramente existe por un propósito—implicaría necesariamente la existencia de su diseñador. Paley pasó a sustituir el universo por el reloj y contendió que un mecanismo tan obviamente diseñado como el universo necesitó la existencia de un gran Diseñador.6 Esto es referido más a menudo como el argumento del diseño y es un excelente ejemplo de la manera en la que el orden creado revela la existencia de Dios.
El universo introduce su sentido de diseño (y por lo tanto de un Diseñador) en todas las personas que están abiertas a tal posibilidad. Antony Flew, el legendario filósofo inglés y defensor del ateísmo, ahora octogenario, describe su odisea personal desde el ateísmo al teísmo, y el lugar central que el argumento de diseño tuvo en su recorrido. En la actualidad Flew cree ". . . los argumentos más impresionantes a favor de la existencia de Dios son ésos que están apoyados por descubrimientos científicos recientes." Llegó a esta conclusión debido a "los hallazgos de más de cincuenta años de investigación de ADN han proporcionado material para un nuevo argumento enormemente poderoso a favor del diseño".7
Muchos descubren a Dios a través de la revelación general de un universo estructurado. Muchos más encuentran a Dios en la revelación general de la naturaleza llena de propósito de la realidad. C. E. M. Joad, quien fuera ateo durante gran parte de su carrera profesional, poco antes de su muerte escribió un libro titulado La Recuperación de la Fe. Este libro traza su avance gradual hacia Dios y Jesucristo. Joad fue mayormente convencido por su observación de la naturaleza humana—su toma de conciencia de que existe una ley moral, y de que a menudo nosotros ostentamos esa ley.
C.S. Lewis presenta además otro giro en el argumento a favor de la revelación general de la existencia de Dios. Suponga que no existió ninguna inteligencia creadora del universo, dice Lewis. En ese caso, nadie diseñó mi cerebro con el propósito del pensamiento. El pensamiento es simplemente el subproducto de algunos átomos dentro de mi cráneo. "Pero si ese es el caso, ¿cómo puedo confiar que mi propio pensamiento es cierto?" pregunta Lewis. "Pero si no puedo confiar en mi propio pensamiento, por supuesto, no puedo confiar en los argumentos conducentes al ateísmo, y por lo tanto no tengo motivos para ser ateo, ni ninguna otra cosa. A menos que crea en Dios, no puedo creer en el pensamiento. De manera que nunca puedo utilizar el pensamiento para no creer en Dios."8
Teología Cristiana – Basada en Jesucristo
La teología cristiana señala lo que los cristianos creen—que un Dios personal se ha revelado a través de un mundo creado, y que tiene un plan y destino supremo para ese mundo. La teología cristiana está, en última instancia, centrada en Cristo. El Dios que "de tal manera amó al mundo que dio a Su Hijo unigénito" ha provisto para tener una relación personal entre Él y la humanidad pecadora.
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